A la hora de convencerse… ¿Es mejor ser racional o emocional?

¿Como convencerse de manera efectiva?

La mayoría de las veces se asume que las personas no hacen lo que deben porque no entienden, y eso no es cierto.
Por ejemplo, los fumadores saben que hacerlo les acorta la vida y los perjudica, sin embargo lo hacen.
Las personas saben que gastar lo que no han ganado es meterse en un hoyo y sin embargo usan sin prudencia las tarjetas de crédito.
Todos -si me están leyendo- saben leer, sin embargo pocos lo hacen y esto ha llegado al punto que ya tienen hasta nombre científico, y es que todos saben que le leer los puede hacer mejores y abrirles la mente a nuevas oportunidades, pero no leen y se convierten en analfabetos funcionales.
Y así podría seguir con los ejemplos, pero lo concreto que deseo que aprenda hoy es que si Usted necesita convencerse de hacer algo debe hablarle a sus emociones, NO A SU RACIOCINIO, pues su parte razonable ya sabe por qué debe hacer o dejar de hacer ciertas cosas y por mas razones que le dé es poco probable que su actitud cambie, sin embargo, si le habla a sus emociones y apela a lo que siente entonces sus probabilidades de éxito en lo que se propone se incrementan en un 90%.
A mi por ejemplo me funciona muy bien anclarme en situaciones que no quiero que se repitan en mi vida y cuando se me presentan situaciones que me podrían llevar a ello de inmediato cambio de dirección. He practicado tanto esto que ahora mismo ya es automático.
Por ejemplo, puede recordar la sensación de escasez, de enfermedad o ansiedad y hacer que esta imagen lo retorne al criterio de hacer aquello que le conviene para evitarla. ¿Qué tal la sensación de no tener dinero a fin de mes? ¿De estar enfermo por no haber cuidado de su cuerpo? ¿De su madre llorando por no tener para pagar sus gastos? ¿De la vez en que su cliente lo despidió por falta de capacidad?
Y lo mismo debe suceder con momentos positivos, en mi caso jamás me olvidé de la sensación de recibir los primeros billetes de ganancia que dejó mi primera empresa, esa sensación de libertad, bienestar y felicidad me la he quedado para siempre y cada vez que siento que algo no está marchando bien y que necesita de trabajo extra o de más atención me acuerdo de mí misma sentada en esa mesa antigua contando lo que había ganado por el trabajo de ese tiempo.
Eso me hace valorar más las cifras pequeñas y a la vez me hace ver más alcanzables las grandes, pues sé que un millón está hecho de miles de centavos.
Les dejo abrazos queridos, que hoy tengan luz para tomar buenas decisiones y sobretodo mucha fuerza interior para quedarse en el barco cuando todos están saltando.
La vida puede ponerse difícil pero esas circunstancias sólo pueden llevarlo a dos caminos, o a sacarlo del juego o a hacerlo más grande. Como siempre, todo, ABSOLUTAMENTE TODO, depende solo de Usted.

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